#1 - EASD Pau Gargallo

Per: Pepe Coca
Amb: Miquel Aregay
A: Badalona



En el caso del EASD Pau Gargallo (al igual que en el de la DEIA, de la cual hablaremos en programas venideros) nos encontramos con que, tanto el propio centro, como su cuerpo docente, responden a unos patrones idiosincráticos, marcadamente diferentes respecto a aquellos que estamos acostumbrados a ver en instituciones centradas en el desarrollo de líneas ESO. 

Resulta especialmente revelador el hecho de que estas enseñanzas de ciclo y grado no contemplen, desde su misma concreción institucional, la posibilidad de aplicar medidas de atención a la diversidad o adaptaciones curriculares. Quizás cabría preguntarse sobre la idoneidad de estos planteamientos. 

Si bien es cierto que la mayoría de edad de los alumnos y el carácter postobligatorio de estos estudios dificulta sobremanera éstas y otras medidas -como la tutorización y el seguimiento individualizado-, considero que todas ellas deberían implementarse sin reparos, si bien de una manera más atenuada que en la etapa ESO. 

En referencia al entrevistado, me ha parecido destacable su definición del docente, que, de acuerdo con su visión, tan solo se diferencia del alumno en términos de bagage experiencial. Esta actitud es idónea a mi modo de ver, ya que permite un acercamiento sustancial entre las figuras del profesor y el alumno, sin llegar a identificarlas como iguales o equiparables. 

En otro orden de cosas considero valiosas las aportaciones al respecto de los exámenes de selectividad y las pruebas estandarizadas, que me han hecho replantearme ciertas concepciones acerca de las mismas. Si bien sigo sin aprobar totalmente estas prácticas, reconozco que los problemas que presentan no estan asentados en su propia naturaleza conceptual, sino en la aplicación práctica que las instituciones educativas hacen de las mismas, circunscribiéndolas al dominio exclusivo del ejercicio memorístico y de respuesta única. 

Por último aprovecho este espacio para reivindicar la continuidad de esa especie en extinción -el ciclo formativo- que cada vez más se esta viendo acorralado por la apuesta a una sola carta que supone el entorno universitario. Para alguien como yo que lleva más de diez años en la universidad -fruto de carreras, másters, postgrados y becas varias- sorprende la frescura y el tesón del personal de los EASDs que, en muchas ocasiones, son capaces -mal que nos pese- de hacer mucho más que sus homólogos facultativos con una cantidad y calidad de recursos públicos notablemente más limitada. 

Del mismo modo que un alumno sin talento aparente puede progresar si se lo propone y trabaja -como bien dice Miquel-, considero que el docente no debe limitarse a poner excusas y presentarse como víctima del sistema, sino que debe luchar en todo momento por mejorar ese sistema empezando por su persona.